En Italia, cuna de la opera, es donde surgen las principales escuelas que marcaran la evolución del género en el resto de Europa.
Gioacchino Rossini 1797 – 1868 Es la figura que representa la transición de la opera clásica a la romántica. Su obra “ el barbero de Sevilla “ compuesta en 1816, fue la opera más representada y aclamada durante todo el siglo XIX .
Gaetano Donizetti 1797 – 1848. con L´elisir D´amore y
Vicenzo Bellini 1801 – 1835 con “Norma “ , son los máximos representantes del Bel Canto, estilo vocal tan expresivo como espectacular que tenía como objeto la exhibición del cantante mediante pasajes melódicos de gran exigencia técnica que se desarrollaban en el registro agudo de la voz.
Giuseppe Verdi 1813 – 1901 representa la cumbre de la opera italiana, con obras como “Nabucco”, “Rigoletto”, “La Traviata ” o “Aída”. No abandona la ideal del Bel Canto pero construye melodías más sencillas con ritmos claramente marcados (componías sus Aíras con el tic tac del metrónomo, y otorga una gran importancia a los coros).
A finales del siglo XIX la corriente del realismo literario se traslada a la música creando una nueva tendencia denominada verismo. Los argumentos de la operas se centraran en personajes de la vida cotidiana, reflejando sus emociones de forma realista, sin idealizaciones románticas.
Los principales representantes del verismo son: Pietro Mascagni 1863 – 1945 con Cavalleria Rusticana , Ruggiero Leoncavallo 1857 – 1919 con “Pagliacchi” y Giacomo Puccini 1858 – 1924, con “La Bohème “ , “Tosca” o “Madame Butterfly”.